Y se nos fue...
Al fin, nos dejó
como humo de incienso
en el aire
se desvaneció.
Si es el alma un ave
fue mi abuela un gorrión,
pues tal vez nadie sabe
pero ella cantaba su amor.
Alegre, viva
vestida de muchos colores...
fue fuente de mil alegrías
y ahora de mil dolores.
Descansa en paz abue.