Son las once y dieciséis
y es una lástima que no estés.
La noche no es tan clara
pero es una noche al fin.
Podría tomar tu mano
en la mía
y pasar los próximos minutos
posando en ella mis labios.
O mirando las nubes
rojizas sobre nosotros.
Son las once con veintidós
y es una lástima que no estés.
El viento sopla fresco
y podría pasar
los próximos momentos
aspirando
en él
tu aroma
o perdiéndome
en tus ojos
oscuros como carbón.
Son las once y veintinueve
y es una lástima que no estés.
El ánimo esta tranquilo
hoy no
nos ha apuntado
ningún arma.
Podríamos estar abrazados
esperando que pasen los minutos
esperando
que
llegue la vida.
Son las once y treinta y siete
y que no estés es una lástima.
Es una hora tranquila
con relativo silencio.
Podríamos aprovecharlo
para aspirar los suspiros
y encadenar nuestros sueños
y darnos besos sencillos
sin costumbres
y sin miedos.
Son las once y cuarenta y tres
y es una lástima que no estés.