Divaguemos

Lo que decimos cuando soñamos se pierde en el limbo; lo que decimos cuando divagamos también, a menos que logremos escribirlo.
¡Demos tinta o bytes a las divagaciones!

viernes, 9 de noviembre de 2012

Aún así no me escuchas

A veces,
mi voz se filtra hasta las paredes
de tu alma muda,
y tú, no me escuchas.

Latir intenso,
Tal vez sea mi voz
violenta sacudida para un pecho de ave.

Lo que expreso se me queda lejos,
mas que de mí hoy mi voz sale del viento.

Mi voz llena el espacio que dejó tu vacío.

Mis palabras se arrastran así por el mundo,
penando sin cesar, porque no las escuchas.

Salen de mi corazón y de mi Alma
te buscan, a ti te buscan.

Callan tu ausencia, llenan mi soledad
de recuerdos y tristeza, te llaman.

Por tu camino te siguen, ignoradas
queriendo decirte lo que quiero decir.

Así, mi voz se arrastra en la angustia de mis
días,
ilusiones sin freno la desenfrenan y cansan.
No escuchas, no oyes todo lo que mi voz arrastra;
lamentos de viejos dolores, llantos y antiguas
suplicas.

Escúchame, ya que no puedes amarme,
Óyeme, conoce mi dolor y mi angustia.

Así, se van tiñendo de dolor mis palabras
y más te alejas tú;
más te alejas.

 Continúo, continúo acumulando lamentos
y sigues tú, rechazando mis súplicas.