El que vive frío y amargado
el ingrato que se siente solo
en otra malvada compañía.
El astuto que rechaza el amor,
el ingenuo que afirma
que el amor no existe.
Tú
El inútil que sirve para todo
pero sirve para nada
pero que no me abraza
que no me besa.
El valiente que se espanta
con la pasión de mis ojos,
con el roce de mi mano en su espalda.
Tú
El genio que no comprende indirectas,
el hábil lector que no encuentra
su nombre en mis palabras.
El pobre necesitado de ternura
que rechaza mi oferta de cariño.
El infalible que ve en mis ojos
el ansia de su alma,
pero cree que es de un cristal
el reflejo.
Tú
El hermoso,
el infantil remedo de hombre.
Áureo resplandor
de polvo opaco.
El hijo de tu madre,
el padre de tu hijo,
el dueño de mi abandonado corazón.
Tú
Tan inombrablemente mío,
Tan innegablemente de ella.
El lejanamente próximo
ausente de mi compañía,
el presente en mis desvaríos.
Tú
Infernal paraíso de ensueño,
encontrada pérdida
de mi sentido común.
El fiel escucha sordo
de mis mudas suplicas,
ignorante conocedor
de mis amorosas angustias.
Tú
El intangible fantasma
a quien se aferran
mis noches insomnes.
Tú
Canto de ave lejana;
Gitana maldición
De mi bendita vida.
Labios que odio,
ojos que amo,
pétreo corazón en pecho humano.
Tú
Lumbre caricia
de amor asesinado.
Efímera eternidad,
simple,
vacío sublime.
Tú
Cuyo desprecio me desangra;
pero me deja dar vida.
Estúpido sabio,
amigo fiel,
amante silenciosamente infame.
Tú
El que vas
y el que vienes.
El que levanta mi alma del suelo,
para arrojar mi amor al abismo.
El frío invernal
que consume mi alma
en ardiente deseos
suicidas
y asesinos.
Tú
El infame
El ingrato
Sencillo ignorante y caprichoso.
Tú
Mi Alma
Mi palabra
Mi poesía
Tú
Para quien son mis palabras,
de quien vienes mis desvíos.
Tú
Maldita sea!
¿También tengo que decir tu nombre?