Algunas veces concuerdo con la mayoría de la gente normal y este tipo de fotografías me parece carente de sentido. Digo, existiendo tantas cosas importantes o magnificas que destacar con una fotografía, es increíble que se malgaste en uno mismo. Pero como que ya estoy harta de que mis recuerdo importantes se desdibujen en mi mente con regularidad.
Y es que hay momentos de los que ni siquiera tengo constancia que sucedieron. O de los que no se porque pasaron o dejaron de pasar.
Ya casi no recuerdo el rostro que tenias hace cuatro años cuando estuve a punto de ser algo en tu vida; porque hemos cambiado demasiado. Eres alguien diferente, cambiaste y perdiste casi una persona de ti, yo pues soy diferente, hasta mis labios son diferentes.
No se que aspecto tenía cuando gane el tercer lugar en el concurso de química en la prepa, y no recuerdo el porque te molestaste conmigo. Eras mi mejor amigo entonces y no podía vivir sin ti, pero algo hizo que menospreciaras mi esfuerzo y yo dejara de quererte igual.
Olvide completamente como te sentaba el pelo largo, aunque se que seguramente causabas un excelente impacto combinando con tu soberbia nariz aguileña. Todavía sueño que yo me atrevo a no dejarte ir y que no te atreves a irte y casarte con ella.
Lo único que aun tengo claro es la forma en que tuve que esperar 24 años para que me besaras; eso y la manera en que tus manos sostuvieron mi rostro y tus labios acariciaron los míos, casi hizo que valiera la pena la espera. Dios, ojalá tuviera una fotografía tuya de entonces. O mía, así sabría que fue lo que te pareció tan agradable en mi.
Por eso es que sentí necesitar una foto en el espejo, algo que me decidiera a comprar una cámara.